domingo, 22 de abril de 2012

Villar del Arzobispo, poblado ibero-romano de La Aceña

Fecha: 22/4/12
Tipo de ruta: Circular
Lugar de inicio: Villar del Arzobispo, Los Serranos, Valencia
Hora de inicio: 7 h 55 min
Duración: 4 h 22 min
Distancia: 16.44 Km
Dificultad: Media
Altura mínima: 354 m
Altura máxima: 547 m
Calificación (1-10): 6
Recorrido: Plaza de la Iglesia, Villar del Arzobispo – Restos de Villas Romanas – Poblado Ibero-Romano de La Aceña – Encina centenaria – Acueducto de la Aceña – Plaza de la Iglesia, Villar del Arzobispo.



Como llegar:
Salimos de Algemesí con dirección a Alginet, por la CV-525, justo antes de entrar en esta ultima población tomaremos la A-7, Autovía del Mediterráneo, con dirección a Valencia, desviándonos con dirección Madrid-Barcelona, y una vez hayamos pasado la población de La Cañada, nos desviaremos a nuestra izquierda por la CV-35, Autovía de Ademuz, con dirección a San Antonio de Benagéber, después pasaremos las poblaciones de La Pobla de Vallbona, Lliria, Domeño y Casinos. Antes de llegar a la población de Losa del Obispo nos desviaremos por nuestra derecha por la CV- 395, poco después nos cruzaremos con la CV- 345, en donde nos desviaremos por nuestra izquierda, con dirección a Villar del Arzobispo, a la que llegaremos ahora sí, sin problemas. Al entrar en la población en la primera rotonda seguiremos por nuestra izquierda por la Ronda de San Juan de la Cruz, hasta llegar al cruce con la Ronda de La Baronía, desviándonos aquí a nuestra derecha hasta el cruce con la calle San Vicente continuando por la derecha hasta llegar al cruce a nuestra derecha con la estrecha calle del Padre Jesus que nos llevará a la Plaza de la Iglesia, donde está situado el ayuntamiento, donde aparcaremos nuestro coche, para dar comienzo a nuestra ruta.

Descripción de la ruta:
Este territorio ha estado poblado desde la Edad de Bronce y posteriormente por los íberos después, por los romanos a quien debe su nombre actual (El Villar = “conjunto de villas”), y también por los árabes (a quienes debe su primer nombre, Benaduf = ”el que toca el pandero”, derivado de la tribu bereber que aquí se asentó) hasta la Edad Media, que tiene lugar la repoblación cristiana. Estas culturas nos han dejado un legado importantísimo de vestigios dignos de admirar y que podremos visitar en esta ruta. Posteriormente, Jaime I donó la población en señorío a D. Fernando Díaz en 1236, dependiendo de la Baronia de Andilla, hasta que en 1300 pasó a formar parte de la Baronia de Chulilla y con ello patrimonio de la Mitra Valentina. Su Palacio Arzobispal fue propuesto al emperador Carlos V como residencia para curar su enfermedad. Lleva el sobrenombre "del Arzobispo" porque el 7 de mayo de 1.795 se lo concedió el rey Carlos IV al tiempo que le otorgaba el título de villa real.
El recorrido comienza en la Plaza de la Iglesia, centro de la población y lugar donde se ubican dos de los monumentos mas importantes de Villar del Arzobispo, la iglesia de Nuestra Señora de la Paz, (siglo XVI), y el Palacio Arzobispal, (siglo XV). Dejando a nuestras espaldas el Ayuntamiento comenzaremos a caminar y frente a nosotros y nada mas rebasar la iglesia veremos en la pared una flecha de color naranja con la indicación de la Huella del Hombre, que nos conducirá por nuestra izquierda por la calle de la Torre, continuando por la derecha llegaremos al cruce con la calle Benaduf y a nuestra izquierda desciende una rampa que nos llevará a una pequeña replaza, continuando por nuestra izquierda por la calle de la Hoya, siguiendo la flecha que veremos en esa dirección, continuaremos por la calle Vaquero, siguiendo la flecha hasta el cruce con la Ronda de San Juan, que la cruzaremos. Veremos el primer poste indicativo de la ruta. Descenderemos por el barrio de Las Solanas (donde se sitúan los primeros asentamientos árabes), por un camino asfaltado hasta llegar al primer cruce, continuando recto para adentrarnos por el Camino de la Hoya, extenso semi-llano destinado al cultivo que, la Alta Edad Media, estuvo cubierto de agua en su punto mas bajo (conocido como La Laguna). Aquí encontramos los primeros acorralamientos realizados por los íberos, para el cultivo del olivo. Un lugar que posteriormente los romanos aprovecharon para instalar sus villas. Comenzaremos a ver las primeras señales pintadas de color blanco y naranja que nos guiarán durante nuestro recorrido. Junto al camino, a nuestra izquierda, podemos ver los restos de un molino de aceite íbero-romano, perteneciente a los siglos I-II d. c., una gran piedra de forma cilíndrica de 2 metros de diámetro por 1,8 metros de altura, con hendiduras donde se colocaban las piezas de madera.
Los alrededores, conforme vamos descendiendo y hasta llegar a la CV-395, están sembrados de restos de estas villas romanas, generalmente aprovechados para construir las hormas de los bancales, donde todavía perviven olivos centenarios. Llegaremos al cruce con un camino asfaltado, en donde continuaremos por nuestra izquierda, siguiendo las señales que veremos, hasta llegar al cruce con la CV-395. Cruzaremos primero la carretera, y encontraremos el segundo poste indicativo de la ruta, para continuar por un camino de tierra que bordea el pequeño Cerro Monte Olivé donde también se asentaron diversas villas romanas y continuaremos hasta llegar a cruzar el Canal Principal del Camp de Turia, por un pequeño puente dejaremos a nuestra derecha un gran balsa de riego y a nuestra izquierda el acueducto sobre la Rambla de la Aceña, llegaremos a un cruce continuando por nuestra derecha, a unos metros veremos el tercer poste indicativo continuando recto llegaremos al cruce con una carretera asfaltada que cruzaremos y que nos llevará a cruzar la CV-35, por un túnel por debajo de la misma.
Poblado de la Aceña

Salimos al cruce con la carretera de Bugarra, y frente a nosotros encontramos el poblado íbero-romano de la Aceña, magnifico ejemplo de como convivieron ambas culturas y que abarca desde el siglo VI al II a.c., excavado parcialmente en ambas campañas del S.I.P.. Se trata de un recinto amurallado sin torres defensivas en cuyo interior se disponen grandes viviendas separadas por una calle central y del cual se conserva la muralla y las casas adosadas a la misma, así como la calle empedrada.
El enclave arqueológico era de gran importancia, pero la intensiva roturación de los campos durante el siglo pasado ha borrado muchas de las huellas. Muy posiblemente, el enclave de Benaduf se situaba en las cercanías.
La Aceña

Después de visitar el poblado continuaremos por la carretera asfaltada a nuestra derecha, saliendo del poblado y a un centenar de metros nos desviaremos a nuestra derecha siguiendo la marcha por un camino de tierra, pasaremos junto a una balsa de riego y llegaremos a un cruce continuando por nuestra izquierda siguiendo las señales pintadas sobre una pequeña casita. Llegaremos a un refugio a nuestra derecha con señales pintadas sobre su pared y a una bifurcación continuando por nuestra izquierda cruzaremos un pequeño puente y llegaremos a un nuevo poste indicativo, desviándonos hacia la izquierda y cruzando la rambla de la Aceña, podemos admirar la majestuosidad de una encina centenaria, junto a la Cañada Armendolero. Llegaremos a cruzar una carretera asfaltada y seguiremos las señales pintadas que veremos, llegaremos a una bifurcación continuando por nuestra derecha. Pronto llegaremos a una granja y al final de la misma a una bifurcación en la que continuaremos por nuestra izquierda y en unos 20 metros veremos otra bifurcación continuando de nuevo por nuestra izquierda.
Por este camino llegaremos a cruzarnos con el Canal Principal del Camp de Turia en donde continuaremos por nuestra izquierda, aquí se pierden toda clase de señales, seguiremos caminando junto al canal hasta llegar a cruzar la CV-35 por un paso elevado y que enseguida nos llevará a cruzar la Rambla de la Aceña por encima del acueducto entre unas barandillas de hierro y que nos llevaran junto a la gran balsa de riego por la que pasamos al inicio de nuestra ruta, a partir de aquí, podemos seguir el mismo camino utilizado en la ida.
Villar del Arzobispo

Durante el recorrido podremos observar la magnifica situación estratégica de la población, ubicado en un altozano que domina el llano por donde hemos hecho el recorrido, y donde se sitúa la torre del campanario de la iglesia como punto vigía de las vías de comunicación históricas, atalaya desde donde se divisa todo el territorio de la Baronía. La panorámica que ofrece esta cara del pueblo pertenece a las primeras edificaciones que se construyeron alrededor de la iglesia, aprovechando la orientación sur, motivo por el cual este barrio se llama de Las Solanas, primitivo enclave de los corrales de Benaduf.
Desde este eje central del recorrido se observan los puntos donde se ubicaron castellares de la Edad de Bronce y de los íberos, en los cerros circundantes, Castellar, La Atalayuela, Borreguero, San Roque, Las Cabras... Después se asentaron en el llano, íberos, romanos, árabes y cristianos, transformando las tierras, aterrazandolas y construyendo infraestructuras de canalización para repartir el agua desde el Balsón y llevarla hasta los campos de cultivo, actividades humanas que han ido dejando su huella marcada en el paisaje.
Gracias por la ayuda en la descripción de la ruta a www.villardelarzobispo.es
Hasta pronto.

2 comentarios:

  1. ¡Hola Pepelik! Ruta histórica la realizada esta semana en la que se puede notar la huella del hombre en distintas épocas. Muy bien detallada como simepre.
    Un saludo.

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  2. Hola Emilio, otra ruta realizada sin grandes alturas para ascender, pero que aparte del disfrute que supone el caminar, cuenta con el aliciente de poder visitar algunos restos arqueológicos con los que podemos llegar a imaginarnos las diversas formas de vida por las que ha pasado la humanidad.
    En esta ruta se puede visitar algunos otros lugares de seguro interés, pero que no lo he podido hacer debido a un pequeño despiste, pues no contaba con ningún track adecuado de la ruta.
    Pero esto me obligará a regresar en otra ocasión a Villar del Arzobispo para poder realizar la ruta en su totalidad.
    Recibe un saludo de Pepelik, y hasta siempre.

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