domingo, 25 de abril de 2010

PR-CV 234 El río Cazuma y la Gola de Lucino

Fecha: 25/4/10
Tipo de ruta: Circular
Lugar de inicio: Bicorp, La Canal de Navarres, Valencia
Hora de inicio: 8 h 05 min
Duración: 2 h 47 min
Distancia: 10.26 Km
Dificultad: Media
Altura mínima: 372 m
Altura máxima: 601 m
Calificación (1-10): 7
Recorrido: Cazuma (la Cadena)-Acequia de los Moros-Charco del Garrofero-Charco de los Morteros-Casa de Quevedo-Cruce del río-Charco de las Máquinas-Nacimiento del río Cazuma-Gola de Lucino-Casa del Sillero-Cuevas de la Araña-Casa del Sillero-Acequia de los Moros-Cazuma (la Cadena).



Esta semana la ruta transcurre por las cercanías de Bicorp.
Como llegar:
Saldremos de Algemesí por la CV-42 con dirección a Alzira, para desde allí dirigirnos hacia Benimuslem por la CV-550 y desde allí con dirección a Alberique conectaremos con a la A-7, Autovía del Mediterráneo con dirección a Albacete, una vez en ella, tomaremos la salida de Estubeny, pasamos esta población, luego pasaremos la de Anna y mas tarde las de Chella y Bolbaite, para llegar mas tarde a Navarres, población que después de atravesarla nos llevará a Quesa. Atravesaremos el pueblo, y nos dirigiremos sin abandonar esta carretera hasta la próxima población que será la de Bicorp. Para iniciar la ruta debemos llegar al casco urbano de la población de Bicorp, el punto de inicio de la ruta se ubica en el camino de Cazuma a unos cuatro kilómetros del casco urbano y se accede por carril asfaltado.
Para poder llegar al punto de inicio bajamos al primer puente que tenemos a unos 80 metros y por las escuelas municipales buscamos el Corral Blanco. En dicho trayecto nos encontramos con granjas y un depósito de aguas potables.
En ese punto encontramos una fuente, seguimos por tanto con el vehículo hasta encontrar una cuesta ascendente tras vadear el río, allí veremos carteles indicadores y el de la derecha nos conducirá hacia CAZUMA, aproximadamente tres kilómetros después de ese punto veremos el panel indicador de la ruta, justo en un camino que sale a nuestra izquierda, junto al río.

Descripción de la ruta:
Iniciamos la ruta siguiendo el cauce del río Cazuma, veremos la indicación vertical hacia la Gola de Lucino, y seguiremos aunque no veremos señal alguna en este tramo del recorrido hasta llegar a la Acequia de Los Moros. Nos llama la atención a lo lejos y a nuestra derecha, una casa rural Casa de Ernesto, ya en la partida de La Cadena. Hay más casas en un radio próximo Casa de Pascual y otras construcciones más recientes. Llegaremos al cruce del río con la pista forestal que nos ha llevado hasta el inicio de la ruta, la seguiremos por nuestra izquierda, al cabo de un rato de caminar , sin observar señal alguna llegaremos a un nuevo cruce del río con la pista forestal, allí observamos una regata excavada en la piedra maciza, es la acequia de los Moros. Seguimos el trazado cruzando el río por el margen izquierdo del mismo un par de kilómetros en sentido inverso al del transcurso del agua potable que abastece a la población, por una canalización cubierta de cemento.
Charco del Garrofero. Apenas hemos comenzado a andar y ya nos encontramos con un primer charco, menudo pero muy bonito. Es un remanso de agua, una pequeña piscina natural, toda de piedra, ideal para el chapuzón refrescante. Seguimos caminando por la senda de hormigón que cubre la canalización de agua, para llegar al charco de Los Morteros.

El charco de los Morteros, es una poza de agua cristalina, bastante profunda, también ideal para el baño, pues es como una playa natural en la que vas accediendo al agua progresivamente. Se llama de los Morteros porque hay unos molinos o morteros excavados en la piedra. Aquí se puede nadar perfectamente y tomar el sol en la roca. Para seguir la ruta, cruzamos por donde se estrecha la playa de piedra y seguimos por encima del pequeño camino de hormigón. Por todas esas rocas se pueden encontrar fácilmente fósiles incrustados. No estará de más recordar que no debemos llevarlos a casa, otros que vengan detrás podrán encontrarlos tal cual los vemos nosotros, contentémonos con una fotografía. Un poco más adelante, nos topamos con otra poza de las Conchas, llamada así por la gran cantidad de fósiles que allí se encuentran.
Casa de Quevedo. La senda de hormigón se esconde tras algunos matorrales y, en un momento dado, tenemos que subir por encima de un muro. Parece que el río se va por otro lugar, pero seguimos adelante. Pronto nos encontraremos con una loma que da a la derecha del río. En la parte alta de ésta, se puede ver una cueva típica para guardar ganado, la cual se conserva en perfectas condiciones.
Si seguimos por el muro pronto encontramos un campo de olivos abandonado, y, en lo alto de los bancales una casa bastante bien conservada, con un piso y un pequeño patio; se trata de una construcción típica de la zona. Todo esto queda a la derecha del río. Cuando estamos a la altura de la casa de Quevedo, hay que cruzar el río hasta encontrar el cruce con la pista que baja por el lado izquierdo de éste.
En este cruce seguiremos nuestra ruta hacia la derecha por la pista forestal, está un poco abandonada, pero para caminar es ideal. A partir de este cruce las señales ya van a ser mas evidentes, en algunos tramos hasta excesivas. Podemos admirar el hermoso bosque que desciende hasta el Cazuma: Además del pino típico mediterráneo, fresnos y carrascas nos reciben; además, si vamos en otoño podemos probar los frutos del madroño.
Cruce del río. Volvemos a cruzar el río por la pista que llevamos, las aliagas pueden dificultar un poco este paso.
Charco de las Máquinas. Se trata de una poza impresionante con una pequeña cascada en donde nos podemos bañar perfectamente. El acceso desde el camino no es muy bueno, sin embargo, una vez allí, se comprueba que es un lugar ideal para darse un baño, tomar el sol y relajarse.
Nacimiento del río Cazuma. Encontraremos una pequeña caseta rodeada de enormes rocas. Aquí nace el río Cazuma, de aguas cristalinas y potables que abastece el pueblo de Bicorp.
Cantos rodados. Desde el nacimiento, cogemos la rambla hacia arriba, por la derecha, siguiendo las indicaciones, por el cauce del río. Observaremos pedruscos enormes que entorpecen el trazado regular de una senda. Hay muchas posibilidades de que en este trozo veamos alguna cabra montés.
Gola de Lucino. De pronto el barranco se estrecha y aparece ante nosotros una garganta de roca caliza excavada por las aguas, que va estrechándose todavía más de forma progresiva. La altura de la garganta es considerable, entre 15 y 30 metros. Se recomienda no gritar mucho en el interior del desfiladero, pues podría provocar algún desprendimiento. Hemos de sortear algunos desniveles que van posibilitando el acceso al interior de la garganta.

Bóveda de la Gola de Lucino. El desfiladero de piedra va estrechándose hasta llegar a una especie de bóveda impresionante. En la parte más alta se puede apreciar el lugar por donde baja el agua cuando las lluvias se hacen más persistentes así como la erosión que produce en la roca, moldeándola con formas redondeadas. En la base de la bóveda se encuentra la grava amontonada por las sucesivas avenidas.
Para regresar daremos media vuelta, y lo haremos sobre nuestros pasos. Con la sensación en el cuerpo de haber contemplado algo majestuoso, volvemos hasta llegar al cruce que habíamos dejado junto a la casa de Quevedo, allí, seguimos el camino ascendente hasta llegar a la Casa del Sillero. En este lugar hay un cruce de pistas, dejamos a nuestra izquierda una casa rural rehabilitada y seguiremos, a la derecha, por la nueva pista, que ahora nos sorprende con una fuerte subida. Dosificamos fuerzas para aguantar el fuerte repecho y contemplar, de paso, las tonalidades de verde que nos ofrece el camino. Destacan los pinos carrascos, las sabinas y los enebros.
Rellano. Después de la subida, vamos llaneando durante un rato y respirando hondo, ahora sí que podemos. Seguiremos descendiendo hasta el barranco por una senda que discurre entre un tupido y frondoso paisaje.
Las Cuevas de la Araña, son tres abrigos, uno al lado del otro, que se asoman al barranco. Los dos primeros están protegidos con rejas y el tercero está totalmente ennegrecido por el fuego que alguna vez se encendió dentro. Dice la leyenda que el nombre viene dado por el apodo de la familia que habitaba la cueva, con ganados y cultivos en los alrededores del paraje.

Hemos de fijarnos bastante para poder observar todas las pinturas. De todas ellas destaca la escena de la recolección de la miel.
Volveremos sobre nuestros pasos, descendiendo por donde antes hemos subido hasta llegar a la Casa del Sillero, ahora nos desviaremos por nuestra derecha, bajamos por la pista principal y en unos minutos estaremos en la acequia de los Moros, y desde ahí retomamos el camino de regreso,por la misma pista que utilizamos en la ida hasta llegar al cruce del río con la pista en donde esta vez continuaremos por la pista forestal, que nos conducirá al punto de partida de la ruta.
Gracias por la ayuda en la descripción de la ruta a caroig.com.
Hasta pronto.

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